Todo metalero que se respete, que lo haya vivido de alma y corazón por años, debía estar el sábado, en el Parque Simón Bolívar. Pues después de tanto tiempo y tantos conciertos, y siendo el público colombiano uno de los más fieles del género en todo el continente, tenia que verse presente en el Parque Simon Bolivar esperando a Black Sabbath y Megadeth.
Tanto Sabbath como Megadeth dieron todo para sus seguidores, dando un cálculo estimado de 14.000 asistentes acudieron al Parque Simón Bolívar, en medio de un intenso control policial.
La potente Megadeth saltó la tarima a las 7 p.m, luego de la apertura de la colombiana Stoneflex, y a partir de ahí el voltaje nunca decayó, especialmente con sus éxitos más recordados como 'Peace Sells' y 'Symphony of Destruction'.
La banda, una de las cuatro grandes del thrash mundial, completó con este tres conciertos en Colombia en tres años, una hermandad que el guitarrista Dave Mustaine celebró publicando en su Instagram durante estos días fotos del grupo caminando por la carrera séptima, como cuatro bogotanos más.
"¿Les cuento un secreto entre nosotros? Tocamos en Chile y en Argentina antes y ustedes son, de lejos, los más ruidosos", dijo Mustaine, a los 45 minutos de su 'show'.
Continuando Black Sabbath con una carcajada en medio de la oscuridad, la evidente marca de Ozzy Osbourne, y luego abriendo el show con los clásicos 'War Pigs' e 'Into the void', la británica Black Sabbath cobijó a sus seguidores desde las 8:25 p.m.
Ozzy se veía fresco, saltaba, sacudía la cabeza aferrado al micrófono, esta vez en frente de quienes asistieron a la capital colombiana. En algunos casos, cambiaba el tono del que se recordaban algunas de estas canciones. No importaba: la gente disfrutó cada minuto. Al lado de Ozzy, venerable, Tony Iommi mostró toda la destreza de su guitarra, que no se ha reducido, y Geezer Butler puso la estructura de todo en el bajo. En la bateria, el nuevo elemento, el virtuoso baterista Tommy Clufetos.
Cuando tocaron la canción homónima del grupo, Ozzy evocó a todos para recordar los primero años, finales de los años 60. Un retrato de cómo entonces estaban adelantados a su tiempo.
Otras canciones que fueron sonando durante la noche libre de lluvia: 'Under the Sun/Every Day Comes and Goes', 'Snowblind', 'Age of Reason', 'Behind the Wall of Sleep', 'N.I.B.' y 'Children of the Grave', así como las de su nuevo álbum '13': 'End of the Beginning' y 'God is Dead?'.
Tras un alucinante solo de bateria de Clufetos, fue el turno de 'Iron Man': "I can't fucking hear you!" (¡No puedo oírlos!), repetía Ozzy constantemente para exaltar al público.
Y la despedida fue fulminante: 'Paranoid', uno de los clásicos de su segundo álbum.
Lejos de cualquier tensión, el ambiente al interior del parque fue sano y tranquilo: el público, principalmente fanáticos de vieja data de Black Sabbath que superan los 40 años, ingresó en calma aun con las requisas y espero a sus grupos pacientemente.
Eso sí, horas antes de que comenzara el espectáculo se hizo evidente que los asistentes a los costados de la localidad Iron Man, que pagaron un valor de 170.000 pesos por sus boletas, no podían ver bien la tarima por las carpas de los controles. En coro, cientos reclamaban su derecho a ver lo que compraron. En determinado momento, los técnicos decidieron quitarlas y los ánimos se calmaron.